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Metodologías de Pensamiento de Diseño

Cuando se realizan tareas en un Laboratorio, un espacio para experimentar, cocrear y generar conocimiento, es necesario contar con metodologías que nos ayuden a llevar adelante el trabajo de forma exitosa.
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Cuando se se realizan tareas en un Laboratorio, un espacio para experimentar, cocrear y generar conocimiento, es necesario contar con metodologías que nos ayuden a llevar adelante el trabajo de forma exitosa.

Los laboratorios tienen sus propias características: 

  • Reúnen personas de distintos perfiles.
  • Buscan que se experimente y se aprenda del error.
  • Brindar un ambiente distendido.
  • Realizar prototipos de las ideas para hacerlas “tangibles”. 
  • Facilitar metodologías y herramientas que incentiven la creatividad

Metodologías creativas

Son herramientas para abordar los distintos desafíos que se presentan. Algunas provienen del ámbito diseño, otras de la antropología, de las disciplinas TIC, pero todas buscan guiar el proceso de experimentación y cocreación. 

Más allá que existan muchas, lo importante es comprender que las metodologías no son solo un medio para facilitar el intercambio entre las personas.  Cuenta de ello da la llamada “Trayecto de Usuario” (User journey), definida por Mind-Lab como: 

“Trayecto a través de servicios públicos como una experiencia cohesiva vista a través de los ojos del usuario. [...] Puede visualizar un servicio individualmente y a su vez hacer claras las interacciones con otros organismos públicos, revelando así cualquier necesidad de cooperación a través del sector público para el futuro desarrollo del servicio. El método provee una visión general en código visual de los incidentes específicos que suceden, las autoridades y personas con quien el usuario toma contacto, así como las experiencias del usuario. De esta forma, el trayecto a través del servicio público es presentado como una experiencia integral, desde el punto de vista del usuario". 

Esta metodología busca cambiar la óptica desde donde se visualizan los problemas generando empatía con el usuario. La metodología, en este caso, nos habilita a abandonar momentáneamente la visión desde adentro del sistema, cambiar el ángulo y descubrir que un problema puede ser una solución observado desde otra óptica. 

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Nuestra propia trampa

El riesgo de aplicar metodologías y acostumbrarnos a que funcionan es dejar de probar y buscar. Por eso lo importante es tener una lista de preguntas básicas antes y después, que nos guíen y nos sirvan para calibrar si vamos bien o estamos perdidos.

¿Obtenemos lo que necesitamos de una u otra metodología? ¿Le estamos dedicando más tiempo a cumplir con los requerimientos que a obtener resultados? ¿Se adapta bien a lo que estamos haciendo?
El riesgo no está en “copiar”, sino en no ser críticos a la hora de experimentar. 

¿Cómo elige el Lab la metodología indicada? ¡Experimentado!
Se prueba la metodología, se cuestiona, modifica, adapta y descarta y  así surgen nuevas metodologías o se mejoran las existentes.

¿Por dónde empezar?

Debemos iniciar haciendo foco en las actividades claves para el Lab y desde ahí revisar qué metodologías existen que faciliten estos procesos.
Las etapas clásicas definidas para los procesos de pensamiento de diseño son “Empatizar”, “Definir”, “Idear”, “Prototipar” y “Testear”, pero cada laboratorio suele adaptarlas a sus propias necesidades. En nuestro caso, las etapas que tomamos son: Evaluar (combina investigación y empatía), Comprender (implica definir), Cocrear (Idear, con especial valoración a los aportes externos e incluyendo la prototipación), Testear y ajustar y finalmente Implementar, que queda -como se ve en el esquema- usualmente fuera del alcance del propio laboratorio, pero puede requerir la reiteración del proceso para mejoras iterativas.

Algo importante a tener en cuenta, es que las metodologías suelen estár en más de una etapa: “Maquetas”, por ejemplo, se recomienda para Idear, Prototipar o Testear, porque justamente, dependiendo de cómo la usemos o ajustemos, puede ser útil para cualquiera de esas etapas.

Otra opción posible para identificar qué metodología usar, es mirar otros laboratorios que desarrollen una actividad parecida a la nuestra para consultar, ya que estos procesos se enriquecen mucho de las experiencias de otros.

Una vez que tengamos una breve lista de metodologías posibles, queda en nosotros definir cuál se adecua más al proyecto, al público, a los recursos disponibles y hasta al espacio en donde trabajar.
Por ello, sólo al probar podemos confirmar si la elección es la correcta. Por eso se recomienda probar en algo simple y aprender para no cometer el error nuevamente a la hora de elegir.

A modo de resumen, debemos recordar que la metodología apropiada para nuestras necesidades debe:

  • Facilitar la innovación para evitar entorpecer el proceso
  • Mantener foco en el desafío
  • Elegirse en función del contexto
  • Utilizarse de acuerdo a cada etapa
  • ¡Permitir pasar rápido a la acción!

 

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