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Día del libro

Uruguay celebra el Día del Libro el 26 de mayo, fecha en la que en 1816 se inauguró la primera Biblioteca Pública Nacional a instancias de Dámaso Antonio Larrañaga, que solicitó al Cabildo la apertura de la institución.
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“Si un libro se puede leer impunemente, no vale la pena tomarse el trabajo. Cuando los libros están de veras vivos, respiran; y uno se los pone al oído y les siente la respiración”.

Eduardo Galeano
1940-2015

El 23 de abril de 1616 morían Miguel de Cervantes y William Shakespeare, dos hitos de la literatura universal. Por su simbolismo, en 1995 esa fecha fue aprobada por la UNESCO para conmemorar el Día Mundial del Libro y el Derecho de Autor. Uruguay celebra el Día del Libro el 26 de mayo, fecha en la que en 1816 se inauguró la primera Biblioteca Pública Nacional a instancias de Dámaso Antonio Larrañaga, que solicitó al Cabildo la apertura de la institución. La moción fue apoyada por Artigas quien, en adhesión a la nueva biblioteca, resolvió que los vigilantes de su ejército comenzaran a utilizar como santo y seña (expresión utilizada como primer antecedente de la contraseña que habilitaba el ingreso de extraños a los lugares custodiados) la célebre frase: “sean los orientales tan ilustrados como valientes”.

La galaxia Gutenberg

Si bien ya en el año 440 AC, los romanos incorporaron una técnica para reproducir la escritura, con la invención de la imprenta moderna en el siglo XV surgió un nuevo paradigma que incluía nuevas formas de difusión y percepción del conocimiento. En adelante comenzaría a suprimir su carácter sectario, para adquirir un estatus dinámico y desconcentrado.

La invención de la imprenta moderna, hito analizado por el teórico de la comunicación Marshall McLuhan en su libro La Galaxia Gutenberg, posibilitó la impresión en serie de un mismo libro, lo que se trató de una verdadera revolución respecto a los viejos modelos de producción y acceso al conocimiento. En adelante, los saberes de todas las disciplinas humanas, otrora registrados en ejemplares escasos, comenzaron a reproducirse inaugurando la era tipográfica o mecánica.

La edición del libro impreso supuso un hecho social que devendría no solo en la aparición de editoriales y problemáticas respecto al monopolio de las obras, sino a la conceptualización y regulación legal del derecho de autor (conocido por su expresión en inglés Copyright), cuyo primer antecedente fue el llamado Estatuto de la Reina Ana promulgado en 1710, el cual establecía otorgarle a los autores los derechos sobre sus obras. Ya en el siglo XX, el Derecho de Autor sería reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, como uno de los derechos fundamentales. El 26 de abril AGESIC conmemoró el Día Mundial de la Propiedad Intelectual desarrollando otros aspectos sobre los derechos de autor.

Leer en la era digital

La invención de Internet y su uso extendido en el mundo, supuso el apogeo de la Era de la Información y un nuevo paradigma de acceso al conocimiento y de situación de lectura. Si bien el concepto de hipertexto puede aplicarse en libros impresos en el marco de algunas teorías críticas y literarias, tiene su apogeo en la era digital.

Internet parece funcionar como un mecanismo similar a la estructura asociativa del pensamiento, y por eso no puede concebirse como un eje sintagmático o lineal. Gracias a las posibilidades que brinda el hipervínculo, la lectura en Internet ya sea desde una computadora, un e-Book o una tablet, deja de ser lineal y se vuelve pluridimensional. Con el hipervínculo el lector tiene la posibilidad de agregar conocimiento sobre un tema en un solo espacio de lectura.

Por las características técnicas (pantalla retroiluminada) de las computadoras y las tablet, los cuadros de diálogo (ventanas que posibilitan la interacción del usuario con el sistema operativo), la actualización del antivirus, pop ups, ventanas de chat o mails entrantes, la lectura en Internet es condicionada. En Internet el lector tiende a trazar en el texto una zeta imaginaria, generando lo que se conoce como zonas calientes de la pantalla. En este sentido, la lectura en Internet puede tender a un escaneo superficial con disminución de atención y no a una lectura completa de los textos.

La aparición del e-Book atendió a ese inconveniente, emulando las características principales del libro impreso al incorporar la tinta electrónica, la posibilidad de subrayar, de anotar al margen y paginar de derecha a izquierda. Al incluir hipertextos que eventualmente redireccionan a páginas de información consensuada como Wikipedia o a diccionarios, los libros electrónicos cuentan con conectividad y actualmente algunas marcas lanzaron al mercado e-Books con características de tablet que permiten realizar otras acciones además de leer textos. Este aspecto de los nuevos e-Book también subvierte el paradigma de lectura similar al papel y, por lo tanto, deja abierto el debate acerca de la decodificación del texto en línea.

Ya sea impreso o con las posibilidades que brindan las Tecnologías de la Información y la Comunicación, el libro es un elemento clave en la historia de las ideas para avanzar hacia sociedades del conocimiento cada vez más democráticas e inclusivas.

En una conferencia que brindó en la Universidad de Belgrano de Buenos Aires en 1978, Jorge Luis Borges expresó que “De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono, de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: es una extensión de la imaginación y la memoria”.

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